De nuevo El lazarillo

De nuevo El lazarillo. Vivo, espontáneo como el romance, intuitivo, nutrido de experiencia y pleno del ritmo del idioma hablado. El lazarillo tiene la simplicidad franciscana de una iglesia medieval sobre un fondo de trigales y el sol del horizonte de Castilla iluminando la expresión del sentimiento más sincero: el hambre, si el hambre fuera un sentimiento, que para Lázaro lo es.

Quiero hacer El lazarillo, que se estrenó hace ya treinta años, porque ustedes me lo piden siempre. Cuando lo hice por primera vez pensé que si lo hacía girar al menos 25 años tal vez lo entendería y lo haría bien. Y ya llevo treinta. Y quiero recordar a Fernando Fernán Gómez, el maestro grande que lo adaptó. Mi tributo de lealtad, admiración, amor y respeto es volver siempre a la fuente de su Lazarillo.