Una noche con El Brujo

“En un principio ya existía la palabra y en ella había vida y había luz, y ella brilló en las tinieblas; pero las tinieblas no la comprendieron”.

Este espectáculo no es sólo un homenaje a los clásicos, a mis lectura preferidas, que me han acompañado y me acompañan allá donde voy; es también un homenaje a mi padre, al hombre que me enseñó el don de la Palabra. Al hombre que me enseñó a amarlas. Creía en la magia de la palabra. Cuando me vio actuar por primera vez, me dijo: cuando actúes da las gracias al público, porque cuando te escuchen serás más humano. “¿y el público será más humano?”, pregunte “Eso ya es cuestión de ellos”.

Por eso he creado esta obra como un viaje al pasado de mi infancia, a las tradiciones andaluzas, que tan de cerca viví. A la riqueza de la poesía popular, del cante, de los hablares del pueblo. La riqueza que me ha hecho actor, que me ha hecho hombre. Quiero compartir este acto público pero íntimo con todos ustedes.

En Una noche con “EL Brujo” también recito y comento mis lecturas favoritas, una selección de textos de Fray Luis de León, Quevedo, Santa Teresa de Jesús y Cervantes. He escogido estos textos porque cada uno de ellos se relaciona a través de una anécdota personal con un momento concreto y especial de mi vida. Intercalado con la lectura de los textos, explico al público alguna de estas anécdotas con el objeto de disfrutar con él y dar a la lectura un carácter coloquial, distendido y en alguna medida, incluso humanístico.

Al cumplirse 25 años en los que he recorrido un sinfín de caminos, subiéndome a cientos de escenarios, me doy cuenta de que cada experiencia es única e irrepetible.
Mi especial relación con el público ha ido forjándome y enriqueciéndome de tal manera que el diálogo con él es probablemente mi mayor satisfacción.

Este espectáculo es un homenaje, no a mi trabajo, casi siempre deleitoso, sino a ese inmenso número de espectadores que me han entregado y regalado anécdotas y momentos irrepetibles y por los que continúo este camino de escenarios ya que la mirada del público es milagrosa, y allí donde el público mira surge una estrella.

Espero que este nuevo trabajo sea una ofrenda gustosa y divertida par todos los que vagamos por este mágico mundo del Teatro. Es ese mi deseo.

 

RAFAEL ÁLVAREZ, EL BRUJO