Lazarillo de Tormes

Rafael Álvarez «El Brujo» ve a su personaje ‘El Lazarillo’ con una fuerza especial

La 40 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro no podía dejar fuera a un clásico de escena en la ciudad encajera como es Rafael Álvarez ‘El Brujo´. Hace 25 años estrenó ‘El Lazarillo de Tormes’ en el Corral de Comedias y este año no podía faltar con su personaje más carismático. Dos funciones con el cartel de no hay billete. Llenazo en la sala y satisfacción al ver su representación. En esta ocasión la Antigua Universidad Renacentista fue la encargada de albergar su obra.

Lazarillo sube al escenario

Ahora el pregonero abandona por poco tiempo plazas y calles de Toledo y se encarama al escenario para emular a tantos parientes suyos, los cómicos. Me he limitado a echarle una mano, pues él nació dotado para fingir y más le enseño la vida. Con mi escasa ayuda y la muy abundante, eficacísima, inspirada y profesional del cómico Rafael Álvarez, llamado “El Brujo”, y gobernado por la invisible batuta del director, seguro que sale bien librado de esta singular peripecia.

Un genio

Fernando Fernán Gómez, en su prólogo a esta magistral adaptación, miente villanamente al decir que él no ha aportado casi nada a la dramatización de una de las primeras y mejores novelas de nuestra literatura. Fernando lo ha puesto todo y ahí está, pues que la obra, pareciendo monologante y lineal, no es nada apta para el teatro y menos en fórmula de monólogo.

Vive Lázaro de Tormes

Rafael Álvarez, El Brujo, es un fenómeno teatral: uno de esos cómicos que, cuanto más es él mismo, más es el personaje que representa. Ahora, Lazarillo de Tormes; lo sobreactúa, lo grita y canta, y casi lo baila, relatándolo en primera persona: desde su ancianidad de pregonero en Toledo, ve su niñez y los personajes que pasaron por ella, y los imita, en un soberbio monólogo. Cuanto más se pasa, mejor, aunque esté fuera de las reglas y las medidas.