El domingo acabamos en el Teatro Alcázar Cofidis la Autobiografía de un Yogui. Ha sido una temporada espléndida. Nos hemos sentido desbordados por la cantidad y calidad del público que asistió a las representaciones. No podemos sino agradecer una y otra vez semejante entusiasmo. Terminamos poniendo el cartel de agotadas las localidades y es un teatro en el que caben 700 espectadores. Se ve con esto que el teatro coge vuelo y fuerza cuando vuelve a las viejas preguntas que siempre plantearon el arte y el pensamiento antiguo. No hace falta insistir con la política y otros temas mórbidos al estilo de los medios de… ya se sabe. El teatro tiene su espacio propio y además ya está todo dicho. La originalidad es una mentira, creo que lo dijo Picasso. Él decía: “yo no me inspiro, yo copio claramente”. Qué arte! La modernidad es la misma mentira y la posmodernidad ya es el aburrimiento total de las mentiras de la modernidad… y de la pos pos modernidad.
Yogananda es un clásico del Yoga espiritual. La India todavía guarda un tesoro desconocido para Occidente. La necesidad de recuperar el equilibrio y un poco de armonía con el mundo que nos rodea ha hecho que esta obra resulte atractiva para un público que quiere lo que realmente alimenta… el teatro se hace grande sirviendo a este propósito y esto no está reñido con la fiesta. Esto es la fiesta… la gente no para de reír desde el principio hasta el final y algunos salen bailando. Doy las gracias por ello a Yogananda mi maestro y a todos, y ahora de gira por toda España. Os recomiendo el libro. Es más que un libro. Tal vez un talismán… puede que algo más… si no tenéis tiempo para leerlo, comprarlo, palparlo, pesarlo sobre las manos o regalarlo y ya me contaréis. Un abrazo.
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