Al intérprete cordobés también se le monta el arte: si fuera un cante, sería el martinete, porque va siempre solo y por derecho. Es nuestro mayor narrador oral, ahora que Pepe Rubianes le ha dejado sin competencia. Entre lo que él hace y lo que hacen los monologuistas.com hay la misma distancia que entre una saeta disparada al paso y unas sevillanas bailadas para la Embajada de Estados Unidos.
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